En ocasiones las relaciones entre los adolescentes y sus padres suelen ser muy conflictivas. La mayoría de los padres se quejan de que éstos no los escuchan, no les hacen caso o no tienen disciplina.
Tal vez estés atravesando por esta etapa, sin embargo, recuerda que todos la vivimos cuando éramos adolescentes y debemos tratar de entender a nuestro hijo.
La buena noticia es que a pesar de que esta es una etapa complicada entre tú y tu hijo, puedes mejorar la relación a través de diferentes prácticas que te recomendamos a continuación:
Hazle saber que no eres perfecto y que tú también has tenido situaciones difíciles en la vida y que sigues teniéndolas. A veces, los hijos piensan que todo es fácil para los padres y que lo sabemos todo, pero no es así. Vernos humanos ante sus ojos durante la adolescencia también ayuda a tener una conexión más íntima.
Bajarnos del pedestal en el que nos tienen como superhéroes no es tan malo como pensamos, sino que crea un nivel de empatía necesario para la vida.
La adolescencia es, tal vez, el primer momento donde el ser humano comienza a cuestionarse su existencia y, por tanto, las reglas, costumbres y convenciones sociales establecidas. Pero ese momento de rebeldía da pie a la formación del carácter, la moral y las convicciones de nuestros hijos, y hay que apoyarlos a conocerse y formarse como personas.
En medida que los hacemos sentirse aceptados, se irán conociendo y fortaleciendo su autoestima, de modo que bajarán la guardia y no estarán a la defensiva. La rebeldía que presentan los adolescentes en esta etapa se debe a que se les transmite rechazo, teniendo un comportamiento desafiante como manera de protegerse de esta falta de aceptación. Demuéstrale tu amor, aceptándolo tal y como es, haciéndole ver tu apoyo incondicional.
Apoya cada una de sus decisiones, mostrándole que tienes confianza en él o ella. Si les podemos transmitir esta confianza que tenemos en ellos, seguramente lo considerarán un aliciente para el futuro.
No pierdas las oportunidades que tengan de platicar o hacer una actividad juntos. Abrir espacios de confianza y seguridad para platicar, nos permite saber qué necesitan, qué problemas emocionales tienen, cuáles son sus aspiraciones y metas. Lo que te permitirá poder comprenderlo ayudarlo en las decisiones más importantes.
Es importante que al estar juntos hagan contacto visual. Las tomografías realizadas por investigadores del Instituto Nacional de Ciencia Psicológica indican que una región en el cerebro, llamada el giro frontal inferior derecho (GFI), se activa en respuesta al contacto visual directo, dando lugar a la empatía y a las conexiones sociales.
Además, mirarse a los ojos demuestra que realmente estamos en cuerpo y alma prestándonos atención y tiempo de calidad.
En el hogar debe quedar claro que tienes la última palabra y necesitas establecer las normas. Sin embargo, siempre es importante ser flexibles o bien en ocasiones puedes hacer tratos que tienen que ser cumplidos por ambas partes; esto ayudará a que tu hijo no sienta que todo son imposiciones paternas.
Lamentable la mayoría de los padres, están convencidos de que las actitudes irreverentes, arrogantes o muchas veces ofensivas son para fastidiar, pero recuerda que lo mejor es dejarlas pasar y, cuando los ánimos se calmen, hacerle ver a tu hijo que esos actos te lastiman y que hay otras formas más positivas de relacionarse.
Si bien la aventura de ser padres de un adolescente es una tarea muy complicada, puede ser muy gratificante cuando entendemos los cambios por los que pasa durante la preparatoria y somos el pilar que necesita para conocerse y enfrentar la vida durante este proceso.