La causa de que tu día sea una montaña rusa de bajones y agotamiento es lo que comes. Pero esto es una buena noticia, porque quiere decir que alcanzar tu máximo rendimiento está en tus manos, tan solo cambiando tus hábitos.
Para muchas personas el peor momento del día, donde la energía se drena y apenas se pueden tener los ojos abiertos, es después de la comida. Es casi imposible intentar hacer cualquier cosa que requiera concentración y energía, pero luego por la noche dormir es imposible. Pero, ¿porqué pasa esto?
En los años 50 la industria alimentaria tuvo un gran despegue en su forma de producir y vender. Antes de esta década, el 100% de lo que se comía era comida. En la actualidad, comemos productos, y ellos solamente tienen el 30% de comida en sus ingredientes y, el 70% restante son químicos añadidos.
¿Entonces qué comemos? La mayor parte de lo que comemos son productos digeribles con una mayor o menor proporción de alimentos en sus ingredientes que se dividen en dos:
<< 7 alimentos que aumentan tu inteligencia >>
La principal razón de estar cansado y desconcentrado es la desnutrición. Nos faltan muchos de los nutrientes para funcionar correctamente. La guía de la nutrición de la Universidad de Harvard dice que:
<< Consejos de alimentación para adolescentes >>
Todo el azúcar que ingieres con los productos ultraprocesados y que no puede absorber tu hígado, sale al torrente sanguíneo y tu cuerpo se apresura a elevar los niveles de insulina para eliminar lo que resta y como todo lo que sube, baja, cuando la insulina cae, entra una desesperante sensación de hambre.
Este proceso se repite una y otra vez en cada comida viviendo una montaña rusa de picos de insulina y sus inevitables bajadas de energía.
Para ello, lo más recomendables es remover los azúcares y edulcorantes de tu dieta, limitar los cereales al 25% y asegurarte de que tengan el grano entero para mantener la fibra.
El cerebro proporciona desde el origen de nuestra especie una señal de placer al comer para motivarnos a seguir alimentándonos para conservar nuestra especie. Antes de que se comenzaran a fabricar productos sintéticos para comer, todo lo que sabía bien, era bueno para nuestra salud.
Con esto en mente la industria alimentaria añade neurotoxinas a los productos, la más común, el glutamato monosódico, utilizado para potenciar el sabor. Este aminoácido no esencial daña los mecanismos de regulación del apetito y hace que comamos hasta un 40% más después de sentirte saciado.
Preocupados por el sano desarrollo de nuestros alumnos, en el Colegio Indoamericano buscamos la formación integral de los adolescentes implementando programas que fomenten la participación deportiva, cultural y académica.