En el Colegio Indoamericano sabemos que nadie es perfecto cuando de educar a los hijos se trata; sin embargo, enseguida te compartimos 10 cualidades que pueden ayudarte a ser un padre ejemplar para tu hijo.
Al igual que le sucede a tu hijo, todas las situaciones que se te presentan como papá o mamá son nuevas, y puede que no sepas cómo reaccionar de la mejor manera ante cada una de ellas.
En ese sentido, si aprendes a ver los errores como oportunidades, tendrás la posibilidad de aprender de ellos y construir nuevas y mejores estrategias para relacionarte con los demás.
Asimismo, tu hijo recibirá el mensaje de que no tiene que buscar la perfección, sino la mejora constante, y que el fracaso también ayuda a fortalecer la personalidad, así como a desarrollar carácter y ser resiliente.
El amor de los papás muchas veces se manifiesta a través de cosas que los niños no entienden que son por su bien. Un papá que demuestra su cariño criará a un hijo afectuoso y sensible.
Tal vez pienses que ser cariñoso significa estar pegado a tu hijo, pero no es así. Primero, porque él tiene que experimentar el mundo por sí mismo, y segundo, porque el tema no es la cantidad de tiempo que pasan juntos, sino la calidad.
Querer que los hijos sean libres dista mucho de ser despreocupados o indiferentes ante cómo utilizan esa libertad.
Una buena conducta es resultado de muchas correcciones, las cuales son más eficaces si se administran con sentido positivo, viendo el problema como una oportunidad de cambio y crecimiento.
<< ¿Libertad o libertinaje en la adolescencia? >>
En la adolescencia los hijos requieren de una guía constante, pues prácticamente todo lo que están viviendo es nuevo. Por ende, la experiencia de los padres y su intuición son fundamentales para orientarlos cuando es necesario.
Esto no significa que tengas que obligar a tu hijo a seguir tus consejos. De hecho, parte de su crecimiento será aprender a base de prueba y error, a través de lo cual tendrá que tomar más y mejores decisiones.
La influencia de los padres marca definitivamente la vida de un hijo. Ser consciente de ello te ayudará a poner más esfuerzo en ser el mejor ejemplo para él.
Tu ejemplo tiene gran impacto en la forma en la que tu hijo percibe y ordena su realidad, así como en la manera en la que se relaciona con las personas, la seguridad o temores con los que carga, el optimismo o pesimismo acerca de su futuro y las actitudes y valores que practica.
Escuchar a los jóvenes es importante para hacerlos sentir valiosos. Para tu hijo es indispensable que le prestes atención y le demuestres que puede confiar en ti.
Si tu hijo tiene la confianza de compartir contigo sus vivencias, dale la certeza de que esos secretos quedarán entre ustedes, y no minimices sus problemas, mejor ayúdale a dimensionarlos y resolverlos.
<< Padres e hijos: Confidentes o enemigos? >>
La confianza motiva a actuar, mientras que la desconfianza paraliza. Un padre que confía en sus hijos normalmente obtiene como resultado acciones positivas de parte de ellos.
Esto resulta más evidente en los adolescentes, quienes aún están modelando su carácter y valoran mucho el juicio de los demás.
La confianza favorece el sentido de responsabilidad: así tu hijo aprende que si le pides algo importante es porque confías en que puede dártelo, y con ello comprende que tienes un concepto elevado de su persona.
A pesar de que la adolescencia es una etapa llena de malas decisiones por la falta de experiencia, si no le das la confianza de decidir por sí mismo, jamás aprenderá a valorar.
La convivencia social no siempre es fácil porque las personas tenemos distintas formas de ser, actuar, sentir y pensar. Por eso es importante que no te empeñes en que tu hijo sea un espejo tuyo.
Siempre acércate a él con amabilidad, porque quizá pasa por momentos difíciles. Piensa en las cosas que se tienen que enfrentar a esa edad, incluidos los cambios fisiológicos; eso te ayudará a no ser impulsivo, especialmente cuando sientes que debes corregirlo.
La justicia inicia por uno mismo, por lo que si sólo quieres aplicarla con tu hijo estarás cometiendo un grave error, puesto que él se dará cuenta de que basta con tener la autoridad para no acatar reglas ni respetar acuerdos y personas.
Ser justo implica corregir a tiempo y de manera consciente, no visceral, pensando en los beneficios de esa acción para el bienestar futuro de tu hijo.
Esto sin duda es complicado porque debes hacerlo día a día, sin embargo tu hijo lo agradecerá, puesto que así aprenderá a ser perseverante y podrá formar hábitos que le brinden plenitud en su vida adulta.
En el Colegio Indoamericano sabemos lo importante que es la comunicación familiar en el desarrollo de los jóvenes y su desempeño académico. Por eso llevamos un seguimiento y una relación directa con los padres de familia, a fin de juntos contribuir al bienestar de nuestros estudiantes.