Si pararte frente al espejo te parece un acto tortuoso, lo que ves te desagrada completamente, sientes que necesitas miles de “arreglos” para ser perfecta y, a pesar de hacer los cambios necesarios, sientes que te sigues viendo igual, entonces es probable que tengas el trastorno dismórfico corporal.
La organización Teens Health describe la dismorfia como “una afección que hace que la gente crea que hay partes de su cuerpo que son muy feas"; e indica que "los jóvenes con este trastorno se pasan horas enfocándose en lo que cree que está mal de su aspecto físico”
La incomodidad de habitar la propia piel genera mucha ansiedad y vergüenza, por lo que usualmente los jóvenes que lo padecen tienden a aislarse socialmente pues tienen miedo a que las personas resalten sus “defectos” y los exhiban en público.
Durante la adolescencia es hasta cierto punto normal padecer este trastorno debido a los cambios físicos, hormonales y emocionales que se viven. Pero, si esto te está llevando a modificar la conducta y deriva en otros padecimientos como en bulimia, anorexia o conductas de riesgo más graves, debes acudir lo antes posible con un especialista.
Los filtros de las redes sociales han venido a modificar literalmente la forma en la que nos vemos, el shock viene cuando nos vemos la piel sin imperfecciones, el delineado perfecto y después al mirarnos al espejo, nos vemos reales, tal como somos. Estos filtros han creado la idea falsa de que las personas están siempre en su mejor momento.
La causa de esta mala percepción del propio aspecto se cree que es una combinación de factores como la genética, el ambiente de desarrollo y la propia biología. Tus genes o la estructura química de tu cerebro pueden estar involucrados en esta falsa percepción de tu aspecto.
La convivencia con otro familiar que lo padezca hace que involuntariamente aprendamos a tener un mal concepto de nosotros mismos, vivir en una sociedad exigente y casada con un solo estereotipo de belleza en el cual no encajamos. Incluso desarrollarnos en un ambiente estresante hace que nos desahoguemos con nuestro físico.
Otro factor puede ser haber sufrido de descuidos, maltratos o incluso bullying durante la infancia por tu apariencia física y no haber externado tus sentimientos sobre ello.
👉Todos tenemos un poco de dismorfia porque somos el primer juez en evaluarnos y exigirnos más, pero debes notar las señales de alerta cuando se vuelve un comportamiento recurrente que está afectando tu desarrollo social y emocional.
En el Colegio Indoamericano estamos conscientes que parte del éxito académico es lograr tener una vida los más plena posible dentro y fuera de nuestras aulas, por ello, contamos con un departamento de psicopedagogía al que te puedes acercar para externar tus dudas y tener orientación.