Desde Lottus Education festejamos a todos nuestros maestros
El 15 de mayo se celebra en México el día del maestro, una excelente fecha para recordar y festejar a nuestros docentes, una de las piezas claves sin las cuales las escuelas no podrían existir. En esta pequeña nota te contamos por qué se festeja el día del maestro.
La elección del día 15 de mayo como la fecha para celebrar a nuestros maestros tiene una historia muy curiosa, pues también coincide con la toma de la ciudad de Querétaro por parte del Ejército Republicano, en la cual se capturó al emperador Maximiliano de Habsburgo y con la ratificación de San Juan Bautista de La Salle por el Papa Pío XII en 1950; San Juan fue un reconocido pedagogo y teólogo qué dedicó su vida a preparar maestros para que enseñaran a hijos de artesanos y niños marginados que no tenían acceso a la educación.
Sin embargo, la celebración del día del maestro fue propuesta desde 1917 por los diputados Enrique Viesca y Benito Ramírez, quienes presentaron la iniciativa ante el Congreso de la Unión. Fue un año después cuando esta propuesta fue firmada como decreto por el presidente Venustiano Carranza.
Desde Lottus Education queremos mandar una gran felicitación a todos los miembros de nuestro cuerpo docente, sin quienes no podríamos lograr este gran sueño de llevar la educación a todos los jóvenes y personas que desean superarse laboral y profesionalmente.
Albert Camus, el filósofo y ganador del premio Nobel de Literatura en 1957, escribió una carta especialmente dirigida a su maestro de la primaria, agradeciéndole sus enseñanzas y el camino que le abrió las puertas a un mundo distinto. Le dejamos a todos los maestros de UTC, UANE, ULA, UTEG y Colegio Indoamericano un fragmento de esta carta como una pequeña manera de decirles…
¡Felicidades!
Querido señor Germain:
He esperado a que se apagase un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin su enseñanza y ejemplo, no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y le puedo asegurar que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso continúan siempre vivos en uno de sus pequeños discípulos, que, a pesar de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.
Le mando un abrazo de todo corazón.
Albert Camus