Si quieres guiar a tus hijos para tener una vida sexual sana y sin riesgos, él o ella deben saber tanto como sea posible para tomar buenas decisiones. Sin embargo, puede ser un poco inquietante hablar sobre el tema y complicado saber lo que necesitas decir y cómo decirlo.
Si esperas el momento perfecto puedes perder las mejores oportunidades para iniciar la conversación. Recuerda que hablar sobre el tema debe ser recurrente, pues como todo en la vida, son etapas diferentes en las que se enfrentarán a situaciones distintas. Aquí te damos algunas ideas que harán ese momento más sencillo:
Infórmate
Esto es básico, no puedes informarle o enseñarle desde el desconocimiento. Necesitas leer sobre sexo y sexualidad en adolescentes y si quieres hablarle sobre moral, de igual manera, debes tener fundamentos.
Cuida tu tono
No por tener esta plática con tu hijo o hija automáticamente ganaste su confianza para que te consulte sus dudas. Aunque estés dispuesto a escucharlo o escucharla, si tu tono es acusativo o tus frases ocultan un castigo, jamás tendrás su confianza.
Evita decir: “Bueno, pero tú sabrás lo que haces”, “Si se te pega algo, luego no vengas a llorarme” o “son adultos para unas cosas, pero para otras no”.
Aprovecha el momento
Los momentos cotidianos dan las mejores oportunidades para iniciar la conversación. En ocasiones, las actividades más triviales presentan un ambiente relajado y de confianza para platicar.
Tal vez cuando miran un programa de televisión, un video de YouTube o una serie con escenas alusivas al tema, puede ser un gran pretexto para platicar y resolver sus dudas.
Haz preguntas abiertas
Hacer preguntas abiertas permite un diálogo, no una conferencia de padres unilateral. Es importante que tu hijo sepa la realidad sobre el sexo, ya que el internet y las redes sociales pueden mostrar realidades aumentadas que pueden confundir y crear un conflicto.
Honestidad ante todo
Si es incómoda la situación, dilo. Pero explícale que es importante seguir hablando. Si no sabes la respuesta a las preguntas de tus hijos, también acéptalo, no inventes las respuestas, e infórmate para contestarle o busquen juntos la solución a sus dudas.
Sé directo
No hables con filosofías, ni con rodeos, probablemente sea difícil como padre imaginar que los hijos inicien su vida sexual pero de nada sirve tratar de disfrazar lo que está pasando.
Habla sobre las situaciones por su nombre: sexo, sexo oral, sexualidad, preferencia sexual. Háblale sobre los riesgos de manera objetiva, no trates de asustarlo o asustarla para “evitar que lo haga”.
Háblale también sobre el sufrimiento emocional, las infecciones de transmisión sexual y la probabilidad de los embarazos no deseados a temprana edad.
Muéstrale las opciones que hay
Desde diversidad sexual hasta métodos anticonceptivos, no tengas miedo de mostrarle lo que hay en este mundo. De esta forma, difícilmente sucumbirá ante la presión social.
Considera el punto de vista de tu hijo o hija
Pregúntale qué comentan sus amigos sobre el tema y qué ha visto en las redes sociales, así sabrás más o menos cuál es la visión que tiene sobre el tema.
No le des lecciones a tu hijo adolescente ni apliques tácticas de miedo para desalentar su actividad sexual. En cambio, escucha con atención, comprende las presiones, desafíos y preocupaciones de tu hijo o hija.
Mantén el diálogo abierto
Dile que está bien hablar con sus papás sobre sexo siempre que tenga preguntas o inquietudes. Reconoce la valía del momento diciendo: "Me alegra que hayamos tenido esta plática".
Como ya mencionamos, no es una plática de una sola vez, es una conversación que debes mantener a lo largo de la adolescencia y ¿por qué no?, en la vida adulta.
Es importante que, como padres, se mantengan alertas ante cualquier cambio en la conducta de los jóvenes. Están en una edad donde la aprobación exterior es muy importante en sus vidas y cuando no se sienten tan aceptados como quisieran, necesitan el apoyo de las personas que los rodean.
En el Colegio Indoamericano sabemos lo importante que es la comunicación familiar en el desarrollo físico, académico y mental de nuestros jóvenes, por ello llevamos un seguimiento con los padres de familia para prepararlos y acompañarlos en su crecimiento.