En la adolescencia los permisos se convierten en el dolor de cabeza o bien la causa principal de discusiones entre padres e hijos. ¿Estás pasando por esta situación? Aquí te damos algunos consejos.
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Otorgar permisos es difícil porque como padre sientes temor de que tu hijo vaya a sitios donde no podrás vigilarlo ni cuidarlo. O tal vez temes a que sea vulnerable a caer en algún factor de riesgo como el alcohol o aún peor en las drogas.
Sin embargo, para reducir este tipo de problemas frecuentes en la adolescencia, debes aprender a poner límites y normas a tu hijo, de esta forma lo ayudarás a desarrollar su autonomía, responsabilidad y madurez.
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Los psicólogos recomiendan que la clave es que dichas normas sean establecidas de forma democrática, no autoritaria ni permisiva.
En cuanto al tema de los permisos, lo delicado radica en que evites caer en la problemática de otorgar demasiados, o ninguno, y que la relación se fracture. Para orientarte un poco, te compartimos algunos consejos.
- Escucha la solicitud de tu hijo y trata de proponer un acuerdo justo para ambas partes. Establece tu posición al respecto, pero también deja que te explique la de él.
- Dale a cada permiso la dimensión que le corresponde y evalúa las implicaciones reales de cada solicitud. Ten en cuenta la importancia que ésta tiene para tu hijo.
- Negar los permisos para "proteger" a tu hijo no garantiza su seguridad. No es conveniente que crezca en ambientes cerrados por temor. Recuerda que debe aprender a desenvolverse, pero no implica que lo dejes libre para hacer lo que quiera.
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- Una vez tomada la decisión del permiso mantén las condiciones. Negociarlas en la última hora le da a tu hijo la idea de que puede pedir más. No olvides que tú llevas las riendas de la educación y vas cediendo de acuerdo con su comportamiento.
- Si ya concediste el permiso, permite que tu hijo sea quien resuelva cómo manejarlo. No des tantas instrucciones o recomendaciones, para no fastidiarlo.
Un último consejo muy importante, si tu hijo no respeta los acuerdos que establecieron, es importante que las consecuencias de ello sean implementadas desde el principio. Es decir, debes explicarle claramente lo que sucederá si no cumple, para que no haya sorpresas.
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Recuerda que ningún extremo es bueno. Ser demasiado estricto, por lo general, desemboca a que tu hijo diga mentiras y use artimañas para lograr hacer sus cosas.
Más vale el cumplimiento de un primer acuerdo para que éste de pie para otros. Hazle saber que de acuerdo a su responsabilidad y confianza, los permisos pueden ir aumentando o disminuyendo, si es el caso.
Esperamos que estos sencillos pero valiosos consejos te ayuden a mejorar la relación con tu hijo. Si deseas conocer más sobre éstos temas te invitamos a suscribirte al blog de la mejor Prepa en el Estado de México, el Colegio Indoamericano.
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