Con la llegada de la adolescencia las hormonas despiertan en el cuerpo de tu hijo y le producen diversos cambios emocionales. A partir de ello se da una constantemente revisión del autoconcepto personal (físico y mental), el cual comienza a consolidarse en esta etapa.
Las hormonas
Las hormonas más implicadas en los cambios adolescentes son tres: los estrógenos, la progesterona y la testosterona. Todas están presentes en hombres y mujeres, solamente que en diferentes cantidades, y sus niveles pueden variar a lo largo de la vida.
El aumento de las hormonas durante este periodo de la vida provoca que tu hijo esté más irritable, sensible, melancólico, eufórico y hasta confundido por no saber qué le está pasando internamente.
¿Qué hacen estas hormonas?
- Estrógenos: es una hormona femenina y a partir de la pubertad se incrementa su producción. Está relacionada con el deseo sexual y el desarrollo del vello en pubis y axilas, del pecho y de los órganos sexuales, así como con la distribución del tejido graso. Durante la ovulación la cantidad de esta hormona aumenta.
- Progesterona: es la hormona sexual que segregan el ovario femenino y la placenta; tiene la función de preparar el útero para la recepción del huevo fecundado.
- Testosterona: es la hormona masculina que se produce sobre todo en los testículos. Está involucrada en el deseo sexual, el desarrollo del vello, el desarrollo de los genitales, los cambios en la voz y la estructura muscular y ósea.
El aspecto social
El descubrimiento del aspecto social de la vida y la importancia de pertenecer a un grupo, las relaciones de pareja, las amistades y la familia también influyen en los cambios emocionales.
Asimismo, en esta etapa se despierta una conciencia crítica que hace a los jóvenes más rebeldes: sienten la necesidad de cuestionar las ideas con las que ha crecido, a fin de comprobarlas o formar criterios propios.
El autodescubrimiento
¿Alguna vez has visto a un bebé cuando descubre sus extremidades? Se queda totalmente asombrado, comienza a tratar de entender qué es, de dónde viene eso que está viendo y continúa explorando para conocerse.
Lo mismo sucede en la adolescencia: el autodescubrimiento de un cuerpo cambiado y de emociones nunca antes experimentadas. ¿Quién es esta nueva persona?, ¿qué le gusta ahora?, ¿adónde quiere llegar en la vida?, son algunas preguntas que surgen.
Si como adultos nos cuesta trabajo regularnos, a los adolescentes se les complica aún más. Por ende, debemos tener paciencia con ellos y recordar que todos pasamos por ahí, lo que nos permitirá ser empáticos.
Otro aspecto importante es mantener una comunicación directa y eficaz con los adolescentes para comprender qué les está pasando. De igual forma hay que mantener los ojos bien abiertos para notar cualquier conducta de riesgo durante este periodo de transición.
En el Colegio Indoamericano somos especialistas en formar y educar a jóvenes y adolescentes que cursan la preparatoria, por ello sabemos la importancia de informar acerca de estos temas.