¿Has notado a tu hijo cansado y sin energías?, puede que tenga una de las enfermedades que más afecta a la mayoría de los adolescentes, el insomnio. Conoce más de este problema, sus síntomas y efectos a largo plazo.
Tu hijo no es el único
Aunque parezca que todas las personas tienen un óptimo descanso, los adolescentes sufren de diversos problemas para conciliar el sueño, y sus efectos disminuyen su rendimiento escolar pero sobre todo su salud.
Investigadores de escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, encontraron que el número de horas de sueño en los adolescentes cada noche ha disminuido durante los últimos 3 años.
En el 2014 el 63 % de los adolescentes dormía aproximadamente 7 horas, cifra que ha ido en aumento y en el 2017 se confirmó que es un 72 %.
Esta alteración en el ciclo normal de descanso, que se traduce en no poder dormir en numerosas ocasiones en un periodo prolongado por más de cuatro semanas, presentando diversos síntomas como:
- Sensación de cansancio físico o mental.
- Ansiedad.
- Dificultad para concentrarse.
- Irritabilidad.
- Dolor de cabeza.
Enemigos del sueño
Pero... ¿a qué se debe que este problema día con día sea mayor?. Sin duda alguna existen diversas razones: factores genéticos y ambientales (estrés o mala alimentación), sin embargo, los expertos vinculan la falta de sueño al incremento en el uso de teléfonos celulares y computadoras en los dormitorios.
Los adolescentes se mantienen despiertos usando aparatos eléctricos a altas horas de la noche, e incluso investigaciones de Northwestern University en Illinois, detectaron que la luz de las pantallas muy cerca del rostro físicamente interrumpe el escenario natural para el sueño.
Esa luz puede reprogramar todo el sistema del ritmo circadiano y enviar señales al cerebro diciendo: ¨espera un minuto, no es el momento de ir a la cama¨; desórdenes que disminuyen las funciones y la memoria de los adolescentes así como la consolidación de la información.
Y es que no solo se trata de una necesidad básica del cuerpo, dormir bien va más allá de solo tener un buen descanso, es un problema que a largo plazo afecta el aprendizaje y el desempeño académico.
3 enfermedades que afectan el desempeño escolar de tu hijo
A dormir como bebé
Pero hay buenas noticias. Si tu hijo comienza a dormir bien de manera cotidiana, la falta de aprendizaje se revierte. Mientras no llegue a un extremo de privación del sueño y duerma de siete a nueve horas en la noche, las bases del aprendizaje seguramente volverán a los niveles normales.
De otra forma, tratar de estudiar sin dormir va a ser difícil, pues su mente no funcionará adecuadamente. Una de las recomendaciones de los expertos para mejorar el sueño es practicar alguna actividad extraescolar, asistir a clases de meditación o bien leer algún libro por las noches.
Te recomendamos mantener una óptima comunicación con tu hijo y en caso de detectar algunos de los síntomas, acudir a un especialista. Recuerda que es una de las etapas más importantes y por esta razón, debes apoyarlo en todo momento.
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